¡Hola a tod@s!

Hace dos meses que quiero escribir sobre la casa canguro, pero entre las ocupaciones propias de tener hijos, casa, trabajo y estudiar, no he tenido mucho tiempo. Comienzo a escribir un sábado a las 00.36 pero no se qué día terminaré el post. Y es que mucha gente me lo ha preguntado, especialmente la gente cercana, pero también he recibido mensajes al Facebook de la casa-canguro (podéis verlo aquí).

Hace más de diez años que comencé a trabajar en una casa canguro. Primero pasé dos meses en Gallocanta cuidando a 3 bebés. Me acuerdo como si fuera ayer porque, a pesar de ser dos meses, el tiempo que pasé en Gallocanta me hizo iniciar una nueva etapa de mi vida, un  nuevo trabajo y con esos 3 bebés comencé a aprender.

En enero (dos meses después de comenzar a trabajar para la Comarca de Daroca) me trasladaron a la casa canguro de Mainar, la que habéis podido conocer en la página del Facebook, gracias a la cual empecé un blog, un segundo blog y ya mi tercer blog (en el que nos encontramos hoy), gracias a la cual participé en la revista Forun de educación y también en algunos grupos.

En enero de 2018, antes de que volviera de mi baja maternal+vacaciones la Comarca de Daroca cerró el servicio de la casa canguro de Mainar donde he trabajado estos diez años y si os preguntáis el motivo os lo cuento: en el pueblo de al lado se abrió una escuela infantil, así que aparentemente no había motivo de mantener dos servicios iguales para el número tan pequeño de bebés que hay en la zona (estamos hablando de una comarca con poquísima población). No se trata de pensar cosas negativas, pienso que ha sido una etapa y ahora comienza otra. Dejar este trabajo me está dando la oportunidad de tener más tiempo para estar y disfrutar con mis hijos, sacar algún minuto más para estudiar, dedicarme más a nuestra granja escuela. Por supuesto que me ha dado pena, especialmente siento nostalgia cuando veo algunas de las fotos o cuando se me ocurren ideas para hacer actividades, incluso cuando hago algunos trabajos y pienso en que los haría con los peques.

Dejo abierta la página de Facebook para quien quiera verla, coger ideas, compartir cosas, ver a sus hijos, sobrinos, primos… seguiré respondiendo mensajes y seguiré compartiendo cosicas por el blog y por las páginas de Facebook. Así que no es una despedida «del todo» ya que tengo pendiente compartiros algunos de los proyectos que hice con los peques de la casa canguro de Mainar.

Y antes de despedirme, quiero agradecer a todos los niños y niñas que me han regalado sus sonrisas estos diez años y a sus familias que han confiado en mi. A muchas de esas mamis que ahora son amigas. A padres, madres, abuelas, tías… A los años de trabajo que me han ofrecido la oportunidad de aprender, de crear, de soñar e innovar. A Marta, que traía a sus peques desde la ciudad para que los cuidara yo, apostando por un cuidado familiar y personalizado. A Chus y a Elia, que no pararon de colaborar cuando les pedí bichitos y otras cosas para observar, con las que comparto picnics y ratitos de charrada (como se dice aquí a hablar). A las personas de Mainar, que nos acogieron muy bien y colaboraban en nuestros paseos de «truco-trato» «Carnaval» y otros acontecimientos, especialmente a Julia (que siempre nos daba algún globo o piruletas al pasar por la farmacia). También quiero dar las gracias a Isabel, Jorge y María, que diariamente veo la estrella que me regalaron y me acuerdo de ellos un montón. A Carol,  que hable muy bien de mi trabajo y me dejó a su peque (ya mayor) con la que pude compartir un tiempecito. A mis hijos y familia, en especial a mi hijo mayor, que vivió desde el embarazo hasta los 8 años parte de sus días ahí. Desde que me incorporé de la baja maternal venía conmigo hasta que pasó a la escuela con tres años y medio. Después siguió viniendo al servicio de comedor. El es muy importante en mi vida y me encantó poder trabajar junto a el, todo un lujo. A Dani, que me ayudó a conseguir un girasol y otros materiales para ver con los peques. A Iván, gracias por ayudarme a traer, llevar, colgar y apañar las cosas. Gracias también a todos los peque-mayores del servicio del comedor, por esos momentos de recetas, juegos, cuentos…

A Charo, del albergue de Mainar, y su padre, por dejarnos visitar el huerto. A la granja escuela de mi familia, por poder pasar un día de primavera estupendo. A Charo de Villarreal, por invitarnos a la biblioteca y al Ayuntamiento. A Aragón TV por venir a conocernos y al periódico y radio de la comarca.

Gracias a la Comarca de Daroca por haberme dado algo más de diez años de trabajo en una profesión que me apasiona y del que he aprendido día a día.

Y gracias a: Marina, Valeria, Valentina, Raúl, Santiago, Danaya, Jessica, Daniel, Fernando, Adrián, Luis, Nicolás, Acher, Illarz, Paula, Sergio, Laura, Raúl, Diana, María Pilar, Ana, Saim, Samuel, Claudia, Mario, Miguel, David, Andra, Rebeca, Elia, Gemma, Nayara, Alexandra, Elia, Jorge, María, Corina, David, Vicente, Laura S, Pedro, José, Daniel, Marzal y Lorién. Me llevo recuerdos de cada uno de ell@s.