Una de las excursiones escolares que más recuerdo fue la visita a la granja escuela. Yo por entonces tendría unos 7 años pero lo recuerdo como si fuera ayer. Fue una experiencia inolvidable que me encantó. Tanto, que construí y jugué con mi propia granja escuela de playmobil y muchos años después, monté, junto a mi familia, un albergue con granja escuela en un pueblecito que no supera los 20 habitantes.

Hoy quiero contaros los beneficios de visitar una granja, desde mi experiencia como aquella alumna que fui, hasta el día de hoy donde acompaño a muchas familias o grupos.

¡Comencemos!

1. Es una EXPERIENCIA INOLVIDABLE para los niños donde pueden hacer, tocar y ver. Con esta frase de Benjamin Franklin «Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo» se resume que no hay nada mejor que interactuar y participar para aprender.

2. Al punto anterior añadiremos el aprendizaje sensorial que representa la visita a una granja y a un huerto. Texturas, olores, sabores… Aquí algunos pensaréis en el olor a las cacas de los animales. En granjas pequeñas generalmente no hay mucho olor, así que vamos a quedarnos con el olor a queso, a tomillo… 😉 .
3. La procedencia de los alimentos. Esto es algo importante. A día de hoy todos conocemos la típica frase de «los niños de ahora piensan que la leche sale del supermercado». Esto es triste, ¿no os parece? Ni el niño, ni los padres, ni el colegio tienen la «culpa». Simplemente es algo común ya que ellos, acostumbrados a ir a comprar y no a ordeñar, lo visualizan y entienden así. ¿Y si ven como se recoge una lechuga o unos huevos? Mejor aun, ¿y su lo recogen ellos? 🙂
4. El respeto: «respeto a los demás, al entorno, al material y a uno mismo». Cada animal, al igual que nosotros, tiene unas necesidades especiales. El respeto es fundamental. El entorno natural que suele rodear una granja también necesita una serie de cuidados y de atención. Quizás sea un buen momento para recordar algunas cosas (no tirar vidrios al suelo, etc).
5. Educación ambiental. Muchas de las granjas se sitúan en el medio natural (y rural). Observar, explorar y aprender de la naturaleza da una infinidad de posibilidades. ¿Cuáles son aquellas aves tan grandes que vuelan en círculo? ¿Qué animales viven en estas montañas? ¿Cómo se llaman esos árboles? Son algunas de las preguntas que suelen formular los niños y niñas que nos visitan.
6. Transformación de las materias primas: de la leche al queso, de la carne al chorizo, de la manzana a la mermelada… podemos acompañar la actividad en la granja con un taller para seguir experimentando y tener un aprendizaje más activo.
7. Por puro placer, por diversión,  por ver animales en vivo y en directo y que  puedan percatarse de cómo son físicamente. ¿Son los patos amarillos como los de los cuentos o como los de goma? :mrgreen:

8. Haciendo  una visita a una granja escuela situada en el entorno rural, aportas tu granito  de arena para evitar la despoblación y ayudas a la conservación de los pueblos. Una muy buena oportunidad para recorrer las calles y comparar vuestro lugar de residencia con el del sitio donde se sitúa la granja. 
¿Te  animas?

Muchas gracias  a tod@s esos maestr@s  (y familias) que nos visitan cada año.

¿Tu también sueles ir a  una granja? Puedes contármelo en los comentarios.