image

¡Buenos días!
El lunes por la tarde Sol invitó a los peques-mayores a pasar un rato con nosotros.
Me apetecía hacer una mini sesión de bosque-escuela tal y como mi amiga Ana me enseñó el año pasado, pero tenía que ser una sesión cortita ya que la luz solar sólo nos iba a alumbrar hasta un poco pasadas las seis de la tarde.

Los bosque-escuela los conocí hace unos años y la última vez que viajé a Alemania hice una intentona de conocer uno de los que hay cerca de casa de mi familia. Pero hubo mala suerte (y pocos días de vacaciones). Tan sólo pudimos ver la «entrada» al bosque y la zona donde lo hacían. Esto fue hace casi 3 años.
En aquel momento Ana trabajaba en un bosque-escuela situado en Manchester y a su regreso decidimos organizar una jornada informativa para adultos y varias sesiones con niños y familias. Fue un placer, una ilusión y una alegría participar. 🙂
Para no desviarme mucho del tema, en otra ocasión os contaré más cosas y pronto tendréis una entrevista sobre las bosque-escuelas.

Como iba contando, el lunes fuimos a dar un paseo.

image

Iban los 5 pequemayores con edades comprendidas entre los 4 y los 7 años.
Fue una alegría ver a los niños de camino hasta el bosque caminando al estilo «Heidi» 🙂 corriendo, saltando y riendo por encima de la hierba, de las piedras, de las plantas.

image

Cuando llegamos se pusieron a jugar con lo que encontraban y con lo que la naturaleza ofrecía: palos, piedras, nueces, tierra, agua…

image

Cuando un niño va a un entorno natural, la naturaleza se convierte en un mundo de posibilidades donde desarrollan la creatividad a través del juego libre.

También aprovecharon a jugar en el río (sin meterse… que estamos en invierno y hacía frío). 😉 Dedicaron un rato para comprobar qué cosas flotaban y cuáles no.

image

Utilizaron palos y piedras como si fueran aparatos, objetos y armas.

image
¿Conocíais esta cama de caracoles?

Un ratito más tarde, preparé la merienda. Una merienda poco sana. Me había quedado sin fruta y tenía la despensa medio vacía (es lo que puede pasar viviendo en un pueblo muy pequeño). Así que compré galletas y snacks en el bar del pueblo donde trabajo.

image

Hicimos un brindis y estuvimos un rato hablando.

image

Después les propuse leer un cuento.

image

Llevaba este libro llamado «El erizo se va de casa», ambientado en el bosque (de ahí mi elección). Ilustraciones bonitas con animales del bosque y texto un poco largo (mejor para peques de más de 3 años, pero ya sabéis que eso depende de cada niño).

Trata de la historia de un erizo que cuando crece se independiza y se va de casa. Por el camino se encuentra a una serie de animales: unos le ayudarán y otros querrán comérselo. Poco a poco el erizo aprende a sobrevivir. Cuando llega el frío, se va a invernar junto a un oso.

Por si os apetece echar un vistazo, el cuento es de Ikea.

image

Antes de regresar a casa, buscamos rastros, huellas, nidos… y se dieron cuenta de que, efectivamente, la mayoría de árboles estaban desnudos (no hay nada como ver para aprender).

image

Aquí os pongo alguna muestra de lo que encontramos.

Nos lo pasamos muy bien buscando nidos ¡¡encontramos 4!! El invierno es una buena época para descubrirlos ya que muchas ramas se encuentran vacías. 😉

image

image

image

Espero que os haya gustado. 🙂
¡Un saludo!

Sara.