Casi sin darme cuenta, mi hijo ha crecido y ya va camino de los 7 años.
Una de las rutinas costumbres que tenemos desde que nació es la de leer cuentos: en casa, en el trabajo, en el coche… los que me conocéis bien sabéis que es una de mis pasiones.
Cuando Sol dejó de tomar pecho, empezamos a leer cuentos antes de dormir. Antes de eso, también pasábamos muchos ratitos junto a los libros.
Hay momentos durante el día en que también leemos, pero lo de la noche es un ritual fantástico. Son pocos los días en que no podemos hacerlo, normalmente por motivos externos.
Es un momento mágico. A los dos nos encanta y aunque a veces es un cuento, otras son dos, tres o se nos va de las manos jijiji. 😂
¿Qué ocurre cuando leemos cuentos?
Lo que ocurre, normalmente, es que disfrutamos. Nuestros peques adoran las historias, y más, si las lee alguien querido.
Lo que ocurre, también, es que ellos esperan ese momento del día con ganas y es una bonita manera de terminar la jornada.
¿Recuerdas cuando eras pequeñ@ y te leían cuentos?
Los beneficios para los niños (y para nosotr@s), son increíbles. Hago una lista de algunos de ellos.
-Ayuda a fortalecer el vínculo con el niño o niña.
-Amplía el vocabulario por parte de ambos.
-Permite, al cerebro, trabajar de una manera más activa que con otros medios de entretenimiento como la tv.
-Desarrolla la creatividad y la imaginación.
-Se trabajan valores, emociones, culturas, tradiciones, lugares del mundo, etc. Y se aprende a empatizar con los distintos personajes. Si quieres trabajar la empatía, cuanto más leas un mismo cuento, más lo conseguirás.
-Detienes el tiempo por unos minutos, para dedicarlo a tus hijos: fuera prisas, horarios, la velocidad del día…. ¡Para! Dedicar esos minutos, vienen de maravilla. 🙂
-Enseñas con tu ejemplo. Ya lo habrás oído eso de «si tu lees, ellos leen».
-Todos tenemos algún día en que las cosas se tuercen, nos sentimos tristes, el trabajo ha ido mal… o quizás sean los peques quienes tengan el día así. No importa, pase a quién le pase, ese tiempo de lectura sirve de desconexión, de tranquilidad, de perdón, de aceptación, de «restauración».
-Aunque tu hijo sepa leer, seguir con esta costumbre es más que importante (a no ser que no quiera). Crecen rápido, pero siguen necesitando atención y mimos, y, ¿que mejor que con un cuento? ¿has leído alguna vez un libro a medias? Se trata de leer y que tu hijo diga, por ejemplo, los diálogos. Aprovecha para explicar los signos de interrogación y exclamación, incluso intentad hacer voces: da mucho juego y es muy divertido. 😉
-Permite llegar a la calma de manera rápida en momentos en que los niñ@s están muy activos.
-Y uno muy importante: dedicas tiempo a tus hijos, les transmites cariño, disponibilidad. Así que esos minutos, deja el móvil en otra habitación (se que a veces es difícil) y que nada os interrumpa.
Estos son algunos de los beneficios. Seguro que hay muchos más que se me escapan. 😉
Y colorín, colorado, este post se ha terminado.
O como se dice en mi tierra: colorín, colorado, de la chimenea al tejado.
🙂
¡Buenas noches!
¡Lo comparto! 😉
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