El lunes nos fuimos de paseo al bosque. Acompañada de Sol, tres amigos suyos y la perrita de mi hermana, pasamos un rato estupendo.
La temperatura era muy agradable pero al anochecer tan pronto, sólo pudimos quedarnos hasta las 18 h.
Mientras ellos jugaban a una versión moderna y disparatada de los «power rangers», recogí unas ramas con idea de realizar una corona de Navidad.
Después de un día de cole, no hay nada como salir a la naturaleza, aunque sea un ratito, y ver a los peques jugar, tocar, explorar, asombrarse, disfrutar sin nada pero con tanto. ¿Os habéis dado cuenta que los niños al aire libre y sin juguetes se pelean menos que al contrario? Se las ingenian, desarrollan creatividad, se mueven, respiran aire puro, corren, saltan, descubren tesoros (como unas heces de zorro o una seta XD), aprenden, investigan.
A mi también me vino genial, aire, río, paseo… 🙂
El resto de la tarde, mientras jugaban en la habitación, realicé esta corona tan sencilla.
Lo primero que hice fue unir ramas unas con otras, enredándolas y pinchándome continuamente.
A continuación, coloqué un lazo que tenía por casa: además de darle un toque navideño, vale como sujeción para la puerta.
Así queda la corona. ¿Qué os parece?
Y aquí la corona al exterior.
Mi consejo: utiliza unos buenos guantes y lleva herramienta que pueda resultarte útil a la hora de cortar las ramas. Si puedes, hazlo en el bosque, resulta más fácil y te ahorras tiempo.
¡Un saludo!